Cuando la sangre hierve
Controlar su tensión arterial no es tarea fácil. Sea de manera proverbial, controlando nuestras emociones, o de manera literal con medicamentos y una dieta alimentar. Una presión estable de 120/80 es necesaria, tanto para la salud mental como física.
A modo de recordatorio, la tensión arterial es una combinación de factores que indican la fuerza con la cual la sangre empuja las paredes de nuestras arterias. Depende de la fuerza de compresión de nuestro corazón, de su frecuencia, del volumen que puede eyectar y del espesor de la sangre. Un artículo entero fue escrito dedicado a este tema.
Imagen 1 : combinación de factores produciendo la presión arterial. Para bajar la presión arterial, los medicamentos se centran en una o varias vías enumeradas.
Controlar la presión arterial se ha vuelto sinónimo de hacerla bajar. Más del 90% de los pacientes que sufren de una tensión arterial aberrante tienen una tensión demasiado elevada antes que demasiado baja. Es una situación esperada por culpa de la alimentación moderna, rica en alimentos salados y grasos, y de la naturaleza misma de la tensión arterial. Un proverbio lo ilustra: “Es más fácil añadir sal a la sopa que quitarsela”. Es igual para la presión arterial: es mucho más fácil elevar una presión baja que hacerla bajar.
Se dice que las personas que sufren de baja presión arterial tienen una vida larga pero ardua. Y como la alimentación un poco más salada o un poco de ejercicio suplementario pueden regularse de manera sustancial, ningún medicamento es generalmente necesario. Sin embargo, estas personas tienden a sufrir efectos secundarios ligeros pero persistentes, tales como las manos o pies fríos, una falta de energía, una somnolencia, unos vertigos, una ausencia de deseo sexual o una impotencia aguda. Una presión arterial baja también es a menudo constatada en los atletas o los buceadores, por culpa de la naturaleza de su profesión.
Cuantos más elevadas…
La hipertensión arterial puede ser un producto secundario de un disfuncionamiento de una de las vías de la imagen 1.
Además, algunos factores medioambientales también pueden elevar la presión arterial. Vamos a intentar repasar los medicamentos que los regulan en orden, y ver cómo interactúan con las vías mencionadas. Estos medicamentos pueden tener un impacto directo en la actividad cardiaca, como los antiarrítmicos y los medicamentos contra la angina de pecho y el paro cardiaco, o pueden tener un impacto indirecto en la actividad cardiaca al regular los factores periféricos. Esta categoría incluye los antihipertensivos, los diuréticos, los anticoagulantes y los antihiperlipidémicos.
… más fuerte caen
Para bajar la presión arterial de manera indirecta, un medicamento puede actuar en los vasos sanguíneos o los riñones. El control de la presión arterial pasa por los baroreceptores, unas neuronas sensibles a las variaciones de presión. Regulan el sistema enzimático renina-angiotensina-aldosterona, la renina y la angiotensina estimulan la liberación de aldosterona. La aldosterona estrecha los vasos sanguíneos y, además, ayuda a atrapar más sal en la circulacion sanguínea lo que aumenta el volumen de la sangre.
Un grupo de medicamentos llamados inhibidores del ECA ayuda a resolver este problema al inhibir este sistema enzimático, al reducir así la cantidad de aldosterona liberada al parar la angiotensina. Estos medicamentos son eficaces y constituyen uno de los medicamentos más extendidos para la regulación de la presión arterial.
Otro grupo importante de medicamentos es el de los β-bloquants. Cuando la presión arterial se eleva por culpa de la actividad simpática (tensión muscular y esfuerzo cuando estamos despiertos), esto se debe a la activación de los β-adrenoreceptores en el corazón y los riñones, lo que aumenta el débito cardíaco, el volumen sanguíneo y el tonus venal. Estos β-bloqueantes permiten atenuar la activación no deseada de los adrenoreceptores vinculandose con ellos y haciéndolos inútiles durante cierto tiempo.
El tercer grupo de medicamentos se llama diuréticos y ayuda simplemente a reducir la cantidad de agua en la sangre. Lo consiguen o sea al aumentar la tasa de filtración de los riñones, o sea al disminuir la concentración de sodio en la sangre. Si la hipertensión arterial se debe principalmente a este problema, una manera eficaz para bajarla podría también ser una dieta que contiene pocos alimentos salados y grasos, porque aumentan el volumen sanguíneo por retención de agua.
Figura 2 : panorama esquemático de los factores de la presión arterial. Cuando la actividad simpática aumenta, los adrenoreceptores se activan y aumentan el débito cardíaco y la estrechez de los vasos sanguíneos, lo que hace crecer la presión arterial. Además, cuando el débito sanguíneo se frena en los riñones, la sangre retiene más sodio y agua, lo que aumenta su volumen. La disminución del débito sanguíneo renal, asociada a la activación de los adrenoreceptores renales, también hace crecer la activación del sistema enzimático renina-angiotensina-aldosterona, lo que también aumenta la presión arterial. Los diuréticos borran activamente los factores de presión arterial indicados en rojo, los inhibidores del ECA la conversión del sistema enzimático Renina-angiotensina-aldosterona indicada en amarillo, mientras que los β-bloqueantes actuan en los indicados en azul.
Los anticoagulantes constituyen otro grupo de medicamentos potenciales para el tratamiento de la hipertensión arterial. Su principal actividad consiste en « diluir » la sangre mientras impide la coagulación.
La coagulación es crucial para el cierre de las llagas y la aparición de costras por el intermedio de los trombocitos. Pero si no se controlan, pueden provocar trombos - conjunto de trombocitos en los vasos sanguíneos, o émbolos - conjunto de trombocitos en el flujo sanguíneo. Ambos pueden perturbar la circulación sanguínea y elevar la presión arterial al aumentar el volumen sanguíneo. Uno de los medicamentos más extendidos en la historia es el ácico acetilsalicílico, más conocido bajo el nombre de aspirina que, a la vez, alivia el dolor e inhibe la producción de trombocitos.
Impacto directo en la actividad cardíaca
Los medicamentos que tienen un impacto directo en la actividad cardíaca se utilizan para tratar problemas tales como las arritmias, la angina de pecho o los paros cardíacos.
Los antiarrítmicos constituyen un amplio grupo de medicamentos divididos en función del modo de desencadenamiento de la arritmia: pueden bloquea los canales sódicos que tienen un papel importantes en la propagación de la señal en el corazón para que este lata de manera continua y rítmica, y así callar la arritmia que se desencadenó luego de una propagación discontinua de la señal.
Otro subgrupo actúa en los receptores β anteriormente mencionados del corazón, disminuyendo la actividad simpática global con como efecto secundario el adormecimiento, la somnolencia y la falta de energía.
Los últimos grupos modifican la frecuencia con la cual la impulsión eléctrica puede propagarse en el tejido cardíaco. Cuanto más larga es la señal, más lentamente va a latir el corazón, y las arritmias pueden ser controladas.
Angina de pecho y paro cardíaco
La angina de pecho es un principio de dolor específico que se propaga cuando el tejido cardíaco falta de oxígeno. Esto se puede producir por culpa de una trombosis, de una falta de tensión de los vasos sanguíneos y después de heridas anteriores, tanto mecánicas como químicas. Todos los medicamentos que luchan contra este fenómeno se basan en la necesidad de aumentar el flujo de oxígeno a través de esos tejidos o de disminuir la necesidad en oxígeno de este tejidos al reducir la frecuencia cardiaca, la contractilidad y las necesidades metabólicas globales. Los más utilizados son los nitratos orgánicos que relajan los músculos lisos de los vasos sanguíneos, lo que disminuye el tonus venal y la presión de relleno. Actúan rápido y pueden salvar vidas.
El paro cardiaco es un caso extremo de angina de pecho y se evita mejor con una medicación regulada y estrictamente controlada. Si, en cambio, el paro ocurre luego de una aterosclerosis, de un infarto del miocardio, de una hipertensión de larga duración o de algunas malformaciones congénitas, el objetivo es atenuar los daños y ayudar a mantener el flujo sanguíneo hasta que sea posible una intervención quirúrgica.
La lucha contra la hipertensión arterial es larga y debe ser tenaz, en particular porque los efectos son cumulativos, más bien rápidos, y que la naturaleza humana los descarta fácilmente. Este artículo es un breve resumen de los mecanismos potenciales por los cuales puede ser tratada. Así, la próxima vez que tus abuel@s te pedirán leerles lo que está escrito en la etiqueta de un antihipertensivo, estarás mejor preparad@ para proporcionarles algunas explicaciones y ¡quizás conseguirás incluso interesarles en otros artículos de Cortex!
Fuentes:
1. Corey, E. J. Et al. Molecules and medicine (2007). ISBN 978-0-470-22749-7
2. Luellmann, H. Color atlas of pharmacology, 3rd edition (2005). ISBN 3- 13- 781703- X (GTV)
3. Neal, M., J. Medical pharmacology at a glance, 8th edition (2016). ISBN 978-1-118-90240-0 (pbk.)
6. Whalen, K. Lippincott illustrated reviews: pharmacology, 6th edition (2015). ISBN 978-1-4511-9177-6
7. https://www.grepmed.com/images/7267/cardiology-atrialfibrillation-patientinfo-afib-compared
8. https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/high-blood-pressure/symptoms-causes/syc-20373410
9. https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/hypertension
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