Erase una vez, el hígado
El órgano más activo del abdomen supera las 500 funciones. Su complejidad es tal que la transplantación a partir de un donante vivo solo se ha podido realizar a partir de 1989. Una maquina extraordinaria con superpoderes.
Su majestad el hígado
Moreno rojizo, el hígado se compone de dos partes desiguales, o lóbulos, y pesa alrededor de 1,5 kg. Si es el más pesado de los órganos, también es la glándula más gorda del cuerpo humano. Los lóbulos se dividen en ocho segmentos en función de su vascularización. Cada segmento posee sus propias venas, arterias y canales biliares, que funcionan por separado del resto del hígado. Los puntos de referencia importantes de la anatomía del hígado son las vías biliares, que colectan la bilis en la vesícula biliar o la drenan directamente en el duodeno.
Dos grandes vasos sanguíneos sifonan la sangre en el hígado : la arteria hepática, que transporta la sangre rica en oxígeno que proviene del corazón, y la vena porta, que transporta los nutrimentos digeridos que provienen del tracto gastrointestinal, del bazo y del páncreas. Esos vasos sanguíneos se ramifican en sinusoides hepáticos, unos capilares que forman lóbulos.
Los lobulillos (no confundir con los lóbulos) son las unidades funcionales del hígado, se componen de células metabólicas de base del bazo – los hepatocitos. Su función está relacionada con la posición del hígado, y puede ir desde la oxidación de los ácidos grasos y de la síntesis del colesterol en la degradación de los azucares, hasta la producción de grasas y la desintoxicación de drogas. Cada lóbulo contiene una vena porta, una arteria hepática, un vaso linfático y un canal biliar. La fusión y la interacción entre estas cuatro fuentes de productos biológicos y químicos son al origen de la complejidad y de la importancia del hígado.
Figura 1 : Vista esquemática de los lobulillos. Fuente : Anatomía y fisiología, sitio web connexions. http://cnx.org/content/col11496/1.6/, 19 de junio de 2013.
Un trabajador incansable
El gran número de funciones hepáticas es demasiado consecuente para enumerarlas y explicarlas individualmente, pero podemos citar algunas para comprender mejor este órgano.
El cuerpo humano expresa alrededor de 20 000 genes codificadores para proteínas, y el 60% de ellos se encuentran en el hígado. Entre estos, 400 no se encuentran en el hígado y están constituidos de proteínas plasmáticas y de hepatocinas – proteínas de tipo hormonal secretadas por los hepatocitos en la circulación sanguínea. Otros tipos de proteínas específicas del hígado son enzimas hepáticas, como las proteínas de la síntesis de la bilis, las proteínas del transporte para el metabolismo de los medicamentos, los factores de coagulación, etc.
Exit los tóxicos
La bilis es uno de los excrementos más importantes producidos por el hígado. Alrededor de 400 a 800 milímetros de bilis son secretadas cada día y finalmente transportados hacia el duodeno, la primera parte del intestino delgado. Se compone de agua, de sales biliares, de bilirubina, de grasas y de sales inorgánicas. Actúa como agente tensioactivo al ayudar a emulsionar y a descomponer las grasas alimenticias. Las sales biliares rodean las gotitas de grasa (micelas) y ofrecen una gran superficie de grasa que las enzimas pueden digerir. Sin las sales biliares, más del 90% de los libidos alimenticios no serían digeridos.
El hígado contribuye igualmente a la digestión de un gran número de materias biológicas, con el fin de que puedan ser utilizadas como fuente de energía y elementos de construcción en nuestro cuerpo, o al ser excretadas sin peligro del organismo. La descomposición de la insulina y de otras hormonas se hace en el hígado, y estas son excretadas por las heces (materias fecales) y la orina. El amoniaco, generalmente extremadamente tóxico para el cuerpo humano, es transformado en urea y excretado igualmente. La bilirubina es otro deshecho importante que contribuye a eliminar.
Entre los otros deshechos que anotar, citemos las sustancias toxicas y la mayoría de los medicamentos, que el hígado digiere en el marco del proceso llamado metabolismo de los medicamentos.
Un productor prolífico
Más allá de la digestión, el hígado sintetiza y produce igualmente un repertorio de materias biológicas. Alrededor de 100g de glucógeno son producidos y almacenados en el hígado, vinculando la glucosa en una cadena larga y más estable, y sirviendo de fuente de energía a largo plazo. Cuando baja la glucemia, este glucógeno se descompone en glucosa para proporcionar energía al organismo. En pequeñas dosis, el hígado también produce glucosa y glucógeno a partir de sus constituyentes.
Todas las proteínas plasmáticas, salvo las gamaglobulinas, también son sintetizadas en el hígado. Además, produce ácidos aminados, factores de coagulación de la sangre, glóbulos rojos, colesterol, trigliceridos, ácidos grasos y otros factores, tales como el factor de crecimiento análogo a la insulina.
Una reserva de sangre si es necesario
Por culpa de su naturaleza esponja, grandes cantidades de sangre pueden ser almacenadas en el hígado. Cerca del 10% de la sangre circulando perfunde sus vasos sanguíneos en todo momento. En caso de presión cardíaca elevada en el auricular, el hígado puede dilatarse para absorber hasta un litro suplementario de sangre. En consecuencia, si la presión arterial baja por culpa de una perdida de sangre o de otras condiciones, el hígado puede contraerse, expulsar la sangre almacenada y así contribuir al mantenimiento de la presión arterial.
Así como la abundancia de sangre y de los vasos sanguíneos, el hígado rebosa de vasos linfáticos. Cerca de la mitad del volumen total de la linfa formada en el organismo proviene del hígado, transportando proteínas preciosas y moléculas reguladoras.
Un órgano virtuoso que no es sin fragilidad
El hígado almacena una multitud de sustancias, entre las cuales las vitaminas A, D, B12, K y E, el hierro, el cobre, el zinc, el molibdeno y otros oligoelementos esenciales al funcionamiento de algunas enzimas. Si añadimos a esto el hecho que el 60% de todos los genes codificadores para proteínas son activos en el hígado, es fácil imaginar una vasta unidad de almacenamiento capaz de juntar rápidamente y eficazmente cualquier bloque de construcción que el cuerpo necesite.
Como la abundancia de sangre pasa por el hígado, también es un lugar privilegiado para activar numerosas células inmunológicas, que se encuentran estar en contacto con virus y bacterias.
El hígado produce también albumina para transportar las hormonas y los ácidos grasos, angiotensinogena, una hormona esencial a la regulación de la presión sanguínea, y enzima catalasa, responsable de la descomposición del peróxido de hidrógeno, un agente oxidante toxico.
Ser el organo más activo del abdomen no siempre es fácil, y puede a veces acabar mal. Unas investigaciones actuales tratan de las numerosas enfermedades de las cuales puede sufrir y de las maneras de combatirlas, desde la hepatitis hasta el carcinoma. Un tema amplio que sera abarcado próximamente...
Fuentes:
6. Anatomy of the Liver". Liver.co.uk. Archived from the original on 2015-06-27. Retrieved 2015-06-26.
7. https://www.hopkinsmedicine.org/health/conditions-and-diseases/liver-anatomy-and-function
8. https://columbiasurgery.org/liver/liver-and-its-functions
9. https://www.webmd.com/digestive-disorders/picture-of-the-liver
10. https://www.stanfordchildrens.org/en/topic/default?id=anatomy-and-function-of-the-liver-90-P03069
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